lunes, 26 de marzo de 2012

Sensaciones



...."El hombre se tapó hasta el cuello, tosió dos veces y poco después entró en el sueño. Sentada en su esquina, la muerte lo miraba. Mucho más tarde, el perro se levantó de la alfombra y se subió al sillón. Por primera vez en su vida la muerte supo lo que era tener un perro en el regazo."

Pude entender muy bien lo que José Saramago dice en su libro "Las intermitencias de la muerte".

He tenido a mis perros en mi regazo. Y he compartido con ellos múltiples postres. Qué deleite!

1 comentario:

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