A puño limpio
A veces, no funcionan las palabras
-Alud en el sombrero de tu palma-
Miguel Santos
Te estoy leyendo Miguelito…
Está tu librito en mi oficina y cuando siento que el oxigeno escasea,
que es seguido, lo busco y respiro.
Te leo seguido, despacito, porque tus palabras siempre me revuelven, me
reconectan, me llevan a nuevos caminos. Con frecuencia no sé qué hacer con lo
que me generan. Sólo siento que aplastan este extraño sentimiento de creer que
las palabras no funcionan para nada en lo absoluto.
Después de leerte siempre me queda claro que las palabras simplemente
sirven para respirar…
Así de vital sin más.
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